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sábado, 30 de octubre de 2010

La gran ensalada argentina

“Los hombres pasan o fracasan.

Las ideas quedan, y se convierten en antorchas

que mantienen viva la llama democrática”

Raúl Alfonsín

30 de octubre. En algún lugar de Argentina llueve. El Diego cumple 50 años. La democracia ininterrumpida, sus jóvenes 27. Néstor ya está en el cementerio. Messi hace un gol en Barcelona.

Pensaba mucho en que escribir y en cómo, y en eso apareció Messi con su gol y me dio un ingrediente fundamental. La “argentinidad”.

Ese maravilloso condimento que tenemos y no nos permite ponernos de acuerdo en nada. Sencillamente eso. Con un gol, una acción común de un partido. Me lo regaló Lio porque me permitió entender que siempre discutimos todo. Lo discutimos a él, que es sin dudas el mejor jugador del mundo en este momento, pero igual lo ponemos en duda. Y así como nos atrevemos a disentir en este asunto tan trivial, no construimos consenso en cosas más fundamentales de nuestra vida.

Posiblemente sea nuestra idiosincrasia, la de discutir todo y por todo. Puede que justamente por eso, los gobiernos que asumen destruyen todo lo anterior para imponer lo suyo propio. No lo sé. Solo sé que dejamos de discutir un poco cuando la gente muere. Raúl murió y recién ahí le dieron el valor a las cosas que hizo en su gestión. No creo que pase lo mismo con Néstor, todavía estaba en el poder y darle validez es darle crédito a Cristina.

El gran Raúl fue el primer presidente en esta joven democracia ininterrumpida. Fue la luz que iluminó esa eterna noche criminal de los milicos y sus amigos. Hizo lo que pudo, como pudo, con lo que pudo y con lo que le dejaron hacer. En cierta parte, evocar a Raúl es encontrar parecidos con Néstor. Su defensa de los derechos humanos. El gran juicio a las juntas, con sus aciertos y errores, son comparables a la férrea defensa del gobierno de Néstor. Raúl tuvo que ceder un poco más, los milicos estaban fuertes todavía y no se iban a dejar llevar así como si. Néstor pudo hacerlo un poco más fácil, pero no sin la misma firme decisión.

Raúl construyo el regreso a la institucionalidad argentina, la democracia como arma de construcción social, de reparto más justo, de los intereses del pueblo por encima de cualquier otro. Néstor también, tuvo que reconstruir después de la larga orgia neoliberal, la del turco y sus amigos. La del “sálvese quien pueda”, la injusticia social, pobres al por mayor, la violación de todos los derechos humanos básicos. Y de a poco lo hizo.

En 2001 el país ardía en llamas, se hundía como el titanic, la gente se iba a vivir a otra parte, las protestas sociales se contabilizaban en muertos por represión, teníamos billetes de todos los colores en todas las provincias, ¡había clubes de trueque!, pobreza extrema, ausencia de esperanza.

En este 2010 podemos entender rápidamente que esa realidad quedo en el pasado, hay mucho mas trabajo, mas igualdad, menos pobres, el Estado está presente en lugares donde había desaparecido gracias a la mentira “achicar el Estado es agrandar la Nación”, se eliminaron los indultos menemistas, se cambió la corte suprema de mayoría automática, se enjuician asesinos, se pelean la peleas que hay que pelear.

Las mismas que peleó el gran Raúl, solo que no supimos acompañarlo, el no tuvo la fuerza y los golpistas de siempre lo echaron 6 meses antes por la asfixia económica y social de la trampa que le habían plantado.

Son esos mismos los que hoy quieren hacernos creer que hay que cambiar el rumbo, que hay que atemperar los discursos, que no hay que ser “crispado”.

Son graciosos, para ellos poner al descubierto las trampas de siempre, los engaños y las mentiras, para discutirlas y solucionarlas es crispar.

¡Vivamos crispados entonces!

Gracias Raúl por tu ejemplo. Gracias Néstor por la lucha por la dignidad del pueblo. Gracias y feliz cumpleaños Diego. Gracias Lionel por el gol que hiciste y me permitió desatar el nudo. Gracias de nuevo Lio, por el segundo gol.



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